Monteriggioni se corona con torres.

Moverse por Monteriggioni lleva solo unos minutos; El pueblo es pequeño y con pocos caminos. La impresión que queda en la memoria, sin embargo, dura para siempre. Nos damos cuenta de que hemos descubierto un lugar mágico, casi un castillo encantado como los que se conocen en los cuentos de hadas, cuando eran niños.

Al llegar al pueblo por la noche, cuando las paredes externas están iluminadas por luces amarillas, Monteriggioni parece casi un espejismo en medio de las colinas toscanas: el círculo de la pared y las 14 torres sugerentes, lo aprietan como si lo abrazaran. Todavía están intactos, al igual que cuando se construyeron en la Edad Media para defender y proteger a los lugareños.

Para la ciudad hay tiendas de artesanía, restaurantes con platos típicos y casas donde, por extraño que parezca, los lugareños aún viven y no los turistas.

En Monteriggioni el espíritu medieval nunca se ha establecido. El Festival "Monteriggioni di Torri si Corona" se lleva a cabo en julio, con representaciones de artes, artesanías y escenas de la vida cotidiana medieval.